- La OCDE apunta a un aumento de la recaudación de 80.000 millones de dólares
- EEUU busca con este acuerdo eliminar cualquier intento de Tasa Google
- Los países podrán gravar al 15% las ganancias en el extranjero de las empresas
Los ministros de Finanzas llegaron a un acuerdo histórico para establecer un tipo impositivo mínimo en el Impuesto de Sociedades en sus jurisdicciones con el objetivo de impulsarlo a nivel global y terminar con las ventajas fiscales que ofrecen algunos países para atraer sedes fiscales grandes multinacionales.
"Nos comprometemos a llegar a una solución equitativa sobre el reparto de los derechos de imposición, concediendo a los países del mercado derechos de imposición sobre al menos el 20% de los beneficios que superen un margen del 10% para las empresas multinacionales más grandes y rentables", señalaba el texto del acuerdo del G7 del pasado sábado.
El objetivo es impedir que las grandes multinacionales deslocalicen su sede a otro país donde tengan un trato fiscal mucho más favorable, además de hacerles pagar en los países donde operan.
La cifra del 15%, aunque por encima del nivel de países como Irlanda, está por debajo del nivel más bajo del G7. Sin embargo, se trata de un primer movimiento para implicar a más actores internacionales.
La Secretaria de Economía de EEUU y exgobernadora de la Reserva Federal, Janet Yellen, ha señalado que este impuesto mínimo global acabará con la carrera tributaria "y garantizará la equidad para la clase media y la gente trabajadora en EEUU y el resto del mundo". Yellen lanzó un llamamiento para terminar una "carrera de 30 años a la baja en las tasas de impuestos corporativos" para atraer a las multinacionales.
¿Por qué ahora un impuesto global y cuál es el problema?
La mayoría de grandes multinacionales buscan rebajar su factura fiscal con el traslado de sus sedes a países con un trato impositivo más favorable. Gracias a esta facilidad, pagan los impuestos en territorios distintos donde realizan las ventas. Por ejemplo, Apple vende sus productos por toda la Unión Europea, pero tributa gran parte de su facturación en Irlanda. El tipo nominal del Impuesto de Sociedades en este país se sitúa en el 12,5%.
A las empresas cada vez les resulta más fácil mover su facturación, las matrices radicadas en países con impuestos más bajos cobran a las filiales en los países donde operan por patentes de medicamentos, software y derechos de propiedad intelectual, deslocalizando la facturación real, lo que permite a las empresas evitar pagar impuestos más altos en sus países de origen tradicionales o donde realizan el negocio.
¿Se terminó las ventajas fiscales que ofrecen algunos países como Irlanda?
El acuerdo del G7 es el primer paso para un plan de largo alcance. La OCDE ha estado coordinando las negociaciones fiscales entre 140 países durante años sobre reglas fiscales para gravar servicios digitales y frenar la erosión de las bases impositivas, incluido un impuesto mínimo corporativo global.
Los países de la OCDE y del G20 pretenden llegar a un acuerdo a mediados de año, pero puede que surjan problemas. EEUU no es partidario de tasas a empresas digitales. Las negociaciones sobre un impuesto mínimo global son técnicamente más simples y menos polémicas. Si hay consenso amplio, será extremadamente difícil para cualquier país con impuestos bajos intentar bloquear un acuerdo.
Irlanda ha resistido a los intentos de la Unión Europea de armonizar las normas fiscales y ahora es poco probable que acepte una tasa mínima más alta sin más. Su economía se ha beneficiado de la localización de grandes compañías internacionales en su territorio. Junto a Suiza, Irlanda intentará que el impuesto mínimo corporativo se acerque lo máximo posible al 12,5% y mantener exenciones para que los tipos efectivos sean más bajos.
Fuente: El Economista.es
https://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/11257574/06/21/Que-es-y-como-funcionara-el-nuevo-impuesto-minimo-global-para-empresas-del-G7.html