- El margen para contener la inflación en la distribución empieza a agotarse
El margen del sector comercial y de la alimentación para contener la inflación empieza a agotarse. Todo dependerá de la duración y la intensidad de esta “tormenta perfecta”, en palabras de Ignacio González, presidente de la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc), que afecta a España y al resto de países europeos desde hace meses: precio de la electricidad desbocado, coste del transporte marítimo en máximos históricos y alza constante de las materias primas. Pero desde el sector advierten ya que no podrán aguantar precios por mucho tiempo más.
“Depende de la evolución de la tormenta perfecta y de la capacidad de absorción que tengamos las empresas, aunque probablemente habrá inflación”, auguró González durante el 36.º Congreso de Gran Consumo de Aecoc, que se celebra entre ayer y hoy en Barcelona.
La tensión alcista afecta a unos sectores más que a otros. De momento, los productores reclaman una mejor retribución por parte de los supermercados y sus intermediarios y han llegado a protagonizar protestas durante el verano. Como consecuencia, Mercadona, líder de la distribución alimentaria en España, anunció una subida en el precio de la leche en sus lineales el pasado agosto.
El gran consumo confía en el ahorro embalsado para cerrar una buena campaña de Navidad
No será el último paso en este sentido, según avanzaron algunas compañías en la jornada de Aecoc del miércoles, donde se reunieron cerca de 900 directivos. “Vamos a tener que subir precios”, dijo la consejera delegada de Frit Ravich, Judith Viader. En su caso, algunas materias primas fundamentales para su actividad, como el maíz, han sufrido un importante incremento de costes. “Estamos estudiando ahora el impacto de la subida de los frutos secos, y a ver cómo repercute esta situación en toda la cadena de valor”, añadió. Pese a ello, esta empresa familiar catalana está aumentando ventas a doble dígito este año respecto al 2020, y espera cerrar el ejercicio con una caída del 5 % frente al 2019. Para el próximo año, si el ritmo de ventas continúa, prevé alcanzar el nivel de facturación prepandemia (250 millones de euros).
El consejero delegado de la empresa Angulas Aguinaga –propietaria de marcas como Krissia, La Gula del Norte o Aguinamar– afirmó también en el mismo foro que ya han subido precios de algunos productos para “proteger la estructura financiera” y mantener la liquidez para futuras inversiones. Mientras que el consejero de Campofrío, Javier Dueñas, afirmó que todo el sector sigue de cerca la espiral inflacionista y su repercusión en el consumo. En cuanto a la compañía que dirige, explicó que aún no tiene una “posición fijada” sobre un eventual aumento de precio de sus productos, “pero en el caso de que esto continúe así, va a haber que afrontar” esta situación.
El precio de los alimentos y las bebidas no alcohólicas ha aumentado hasta la fecha un 1,4%, lejos del 4% general del IPC adelantado. Entre los alimentos básicos que más han subido estos meses destaca el aceite de oliva (+22%) y en el caso de la producción de leche ya ha habido conflictos laborales. Los productores apuntan a que una de las causas de este importante incremento ha sido precisamente los costes de producción asociados a la subida de la luz. La inflación, en todo caso, no sería un problema si los sueldos y los ingresos de las empresas creciesen al mismo ritmo. Pero no es el caso. Los salarios pactados en convenio colectivo crecieron hasta julio un 1,54%, cifra inferior a la inflación registrada en ese mismo mes, según la estadística de convenios colectivos del Ministerio de Trabajo. De esta manera, los trabajadores amparados por la negociación colectiva están per-diendo poder adquisitivo.
El sector descarta riesgo de desabastecimiento y pide al Gobierno que no suba impuestos
El escenario para el sector comercial y de la distribución presenta, pues, riesgos. Ahora bien, confían en el ahorro embalsado durante la pandemia para cerrar una buena campaña de Navidad. “Somos moderadamente optimistas”, aseguró Ignacio González. “Es la medida más cortoplacista para poder compensar la situación de alza de precios en la energía o las materias primas”, añadió. Este nivel de ahorro familiar, que el presidente de Aecoc cifró en 12.000 millones de euros, impulsó la campaña de verano turística por encima incluso de las previsiones iniciales. “Confiamos en que las ganas de salir y de hacer cosas compensen la coyuntura”, subrayó. El efecto de euforia social por la mejora de la situación sanitaria incrementará el consumo en el hogar, confió el consejero delegado de Campofrío. La distribución descarta además problemas de abastecimiento para el Black Friday y la Navidad.
La duda, con todo, es qué ocurrirá a partir del año que viene, cuando este ahorro disminuya y las ayudas públicas, como los ERTE comiencen a desaparecer. Aquí, las compañías pidieron al Gobierno contención a la hora de subir impuestos y de aprobar nuevos gravámenes. Más impuestos, en un contexto de inflación, podría dificultar el consumo y la recuperación, advirtieron.
FUENTE: La Vanguardia